El equipo Repsol Honda cierra un complicado fin de semana en Mugello y ya piensa en Montmeló

El Campeonato del Mundo de MotoGP regresó este pasado fin de semana al circuito de Mugello para correr el Gran Premio d’Italia Oakley. Los entrenamientos libres del viernes se celebraron bajo un cielo despejado, y tanto Marc Márquez como Pol Espargaró empezaron con buenas sensaciones, pudiendo aprovechar ambos al máximo el tiempo disponible en pista en sus respectivas Honda RC213V.

Sin embargo, Marc y su equipo sabían desde el principio que no iba a ser un fin de semana fácil en el circuito italiano, con sus 5,2 kilómetros. Las difíciles frenadas que lo caracterizan y sus famosas chicanes no ayudan al piloto catalán y a su condición física actual, aún afectada por la lesión que le dejó nueve meses sin correr la temporada pasada. Una vuelta rápida colocó al ocho veces campeón del mundo en el decimotercero lugar de la general y solo 0,013 segundos por delante de su compañero de equipo.

Pol aprovechó el viernes para habituarse al asfalto de Mugello con la RC213V. Recortando casi un segundo completo de su mejor tiempo entre las dos sesiones de entrenamientos, Espargaró y su equipo siguen intentando mejorar el agarre al entrar en las curvas y en ángulos de alta inclinación. De la misma forma que su compañero de equipo, la última vuelta de Pol en los libres 2 resultó ser la mejor del día, colocándolo su 1’46.986 en el puesto 14 de la general en los tiempos combinados.

Ya durante el sábado, los entrenamientos libres 3 fueron otra sesión estable en la que Márquez pudo rodar cómodamente hasta el final, cuando el #93 subió al puesto 12, tan solo medio segundo detrás del piloto más rápido y a menos de 0.150 segundos de lograr un lugar en el top 10 en los tiempos combinados. Marc jugó sus cartas a la perfección y pudo unirse a Espargaró en la Q2, donde el piloto de Cervera esperó hasta la segunda mitad de la sesión para incorporarse a la acción en pista, siempre pensando en salvar su condición física para la carrera del domingo, en la que finalmente saldría desde el undécimo lugar.

Por su parte, Pol Espargaró entró entre los diez primeros pilotos en los últimos minutos de los entrenamientos libres 3, culminando así una primera sesión muy positiva del día. En la Q1, el 1’45.858 que marcó el piloto catalán fue suficiente para ser noveno en la general y garantizarse un lugar entre los doce primeros en la parrilla de salida. La última prueba del día no salió tal y como tenían planeada, terminando Pol en el puesto número 12. El equipo reconoció que una elección diferente en neumáticos podría haberlo ayudado a terminar más adelante.

El domingo, la desgarradora noticia del fallecimiento del joven piloto Jason Dupasquier, que vuelve a poner de manifiesto que el motociclismo es un deporte de altísimo riesgo, ensombreció el Gran Premio de Italia.

Pol Espargaró terminó tal y como empezó en Mugello, en el puesto 12. De esta forma terminó el que ha sido sin duda, y tanto para él como para su equipo, un fin de semana difícil. Los daños sufridos durante las primeras vueltas a la aerodinámica de la RC213V comprometieron el rendimiento y la estabilidad de la Honda desde el inicio.

Desafortunadamente, tras un comienzo muy prometedor, la carrera de Márquez terminó en la segunda vuelta, cuando cayó en la curva tres. Aunque Marc salió ileso, el incidente volvió a demostrar que el ocho veces campeón del mundo aún no corre en las mejores condiciones.

La séptima ronda se juega en casa, tanto para Pol como para Marc. El circuito de Montmeló acogerá el Gran Premio de Cataluña el próximo fin de semana, y los pilotos del Repsol Honda Team esperan mejorar estos resultados de Mugello en el circuito catalán.